martes, 15 de noviembre de 2011

24 horas antes de la corrida de toros...

Una corrida de toros es un proceso largo, comienza en el campo, con las claras de la mañana, acariciando ese sol rojizo a esa vaca de vientre, y dando fruto a un becerro.
La esmerada crianza y cuidada selección de ese fruto, saldrá el llamado toro de lidia.

Comienza también en la cabeza de un chiquillo, cuando pica el gusanillo de la afición y quiere ser torero, una tradición, donde el ganadero y el torero, van a conocer el resultado de tanto tiempo de trabajo, lucha y sacrificio, mostrándoselo a sí mismos y al público, a la afición. Los dos protagonistas de la fiesta, solos, cara a cara.  


Llega la hora de la corrida. En plaza, la gente se va acomodando, un griterío de voces, (agua, pipas, refrescos, almohadillas….) Los toreros llegan al patio de cuadrillas, los aficionados se arremolinan ante las puerta de la plaza. Saludos, fotos, abrazos….

Los hoteles: que decir de ellos, son los lugares que guardan los más fieles secretos del torero. Sus habitaciones, son frías y oscuras. Ahí está siempre el torero momentos antes de vestirse de luces. Solitario, pensativo, angustioso, en soledad con uno mismo. El triunfo deseado, por el que ha entregado su juventud y por el que esta dispuesto a  entregar su vida.


Las cinco de la tarde, hora puntual, bajo un sol de de justicia en el mes de Junio, una plaza llena de gente entre sol y sombra, muchas ilusiones puestas para presenciar una gran tarde, entre un toro y un torero, entre un animal y un hombre, la fuerza bruta y la razón inteligente, entre la sangre y el sentimiento puesto en la muleta de franela color grana. La expectación por conocer si habrá triunfo o fracaso, gloria o sangre, vida o muerte.


Los tendidos están repletos de gente. Gritos, voces, nerviosismo, tensión. En este día de fiesta, van a disfrutar de un espectáculo irrepetible y a la vez tan esperado. Ya no queda tiempo para pensar. La suerte está echada. "Que Dios reparta suerte".

La tensión ha comenzado unas horas antes en el hotel; en la soledad de una habitación fría y oscura. Nº 102, para ser exactos. El ambiente, la soledad, las angustias de lo que sucederá unas horas después.

"Están puesto en balanza dos corazones a un tiempo"; uno pidiendo éxito y reconocimiento, otro pidiendo perdón ante la osadía de entregar la vida por un sentimiento, por una pasión.

Ahora el miedo es libre.



CONTINUARA....



   

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